Opinión

 

01-10-2009

Opinión Invitada; Blag Dhalia


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Blag Dhalia, alter ego de Paul Cafaro, además de ser cantante de Dwarves, mítica banda de punk rock estadounidense, también se dedica a la producción musical y escribe novelas, como es el caso de Armed To The Teeth With Lipstick (1998) and Nina (2006).

Mi primera experiencia musical es difícil de recordar. ¿Fue cuando mi hermano me regalo el 7” “Livin’ for the city” de Steve Wonder? ¿Fue cuando me escape de clase para ver la película “Baby Snakes” de Frank Zappa y un tipo tuerto vendía droga? ¿Fue cuando mis padres me llevaron a la versión revival de “Guys and Dolls” en Broadway?

La verdad es que no fue ninguna de las anteriores. Mi primera experiencia musical importante fue la primera vez que una mujer durmió conmigo solo porque yo estaba en una banda.

Era la fiesta de Halloween del año 1988 y estábamos en Phoenix, Arizona, hogar del calor agobiante y pantanos frescos. Tocábamos con un grupo llamado Mighty Sphincter, uno de los mejores nombres de todos los tiempos. Después fuimos a la casa de uno de los miembros de Meat Puppets a fumar marihuana, a pesar de que él no estaba en casa.

En la fiesta hablé con todo tipo de personas, pero no tengo ni idea de lo que ellos me decían, porque después de marcharnos a nuestra furgoneta una chica, con melena negra parecida a Wednesday Addams, se acercó al lado del vehículo donde yo estaba sentado, invitándome a bajar la ventanilla. Sus uñas eran negras y brillantes y su piel pálida como la de un fantasma, lo cual debe ser difícil de mantener bajo el ardiente sol de Phoenix.

“¿Quieres ir a casa conmigo?”. Preguntó, haciéndome el cabrón más feliz y egoísta de una banda de rock desconocida. Acepte incrédulamente. Yo solamente estaba en un grupo para poder follar con chicas de lugares exóticos como Arizona y cuando volviera a casa poder alardear con mis amigos de que había tenido relaciones con alguien a quien ni siquiera conocía. ¡Ahora estaba sucediendo!

Fuimos a su casa y follamos toda la noche como solo un hombre caliente, solitario, decadente y hambriento de gente joven podría. Ella realizaba todo clase de actos mortificantes sobre sí misma, sabedora de que nunca traicionaría su confianza. Éramos socios en este crimen, sin estar casados, todo por la nefasta alianza de relaciones sexuales no autorizadas. En realidad nos gustaba porque no nos conocíamos.

No sentía la necesidad de follarla con el tacón de su zapato o atarla a la cama para abusar de ella. No vestía lencería exótica. No, la carga erótica de este encuentro trasciende cualquier film pornográfico clásico porque era real y para una gloriosa noche ella era mía y yo le pertenecía.

Ninguno de los dos intentó entablar una relación ni tener amistad. ¿Por qué prolongar la experiencia cuando solo conduciría a la decepción?.

No he hablado con esta mujer en años. Ahora toca lacrimosa musica acustica.Espero que cuando vea mi foto una sonrisa cruce sus labios. El sentimiento es mutuo.

Autor: Blag Dhalia

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